Señales de advertencia y controles internos contra la malversación

Marta Villén Sotomayor,

La malversación de fondos de una empresa por parte de empleados es una amenaza significativa, ya que puede afectar gravemente su estabilidad financiera y reputación. Este tipo de fraude ocurre cuando empleados desvían recursos financieros para su propio beneficio mediante prácticas como transferencias no autorizadas, alteraciones de documentos o abuso de tarjetas corporativas. Identificar y prevenir estas actividades es clave para proteger los activos empresariales. 

 Señales de advertencia de malversación 

Reconocer las señales tempranas es esencial para detectar y abordar la malversación de manera oportuna. Entre los indicios más comunes se encuentran: 

  • Discrepancias financieras inexplicables: Faltantes de efectivo o activos, alteraciones en documentos contables, o retiros sospechosos. 

  • Quejas de proveedores y clientes: Proveedores que reportan pagos atrasados o inexistentes y clientes que afirman haber cumplido con sus obligaciones de pago. 

  • Cambios en el estilo de vida de empleados: Nivel de vida que excede los ingresos declarados, problemas financieros personales, exceso de horas extra injustificadas o negativa a tomar vacaciones. 

  • Resistencia a auditorías externas: Empleados que evitan auditorías o reaccionan defensivamente cuando se les cuestiona sobre sus funciones. 

Detectar estas señales a tiempo puede salvar a la empresa de pérdidas significativas. 

Controles internos prácticos 

Implementar controles internos sólidos es fundamental para prevenir la malversación. Las medidas clave incluyen: 

  • Segregación de funciones: Asegurar que diferentes empleados se encarguen de la autorización, registro y custodia de activos. 

  • Auditorías periódicas: Realizar revisiones regulares, incluidas auditorías sorpresa, para identificar discrepancias y puntos débiles. 

  • Uso de software confiable: Implementar sistemas robustos protegidos con contraseñas y controles de acceso según jerarquías. 

  • Políticas claras: Definir normas para transacciones financieras, reembolsos y autorizaciones, evitando conflictos y fraudes. 

  • Capacitación: Formar a los empleados en ética corporativa, detección de fraudes y el cumplimiento de procedimientos internos. 

  • Canales de denuncia anónimos: Crear medios seguros para que los empleados reporten irregularidades sin temor a represalias. 

  • Análisis de proveedores: Supervisar relaciones comerciales y procesos de pago para detectar patrones irregulares o sospechosos. 

 

Aunque ningún sistema de control interno es completamente infalible, estas medidas fortalecen la prevención de malversación. La vigilancia constante y el compromiso ético son esenciales para proteger las finanzas y la reputación empresarial.  

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