El fraude interno (fraude realizado por empleados de la organización) es una amenaza significativa para las organizaciones, exacerbada por avances tecnológicos y deficiencias en los controles internos. Este tipo de fraude no solo provoca pérdidas económicas, sino que también afecta la reputación y puede conllevar implicaciones legales. Su naturaleza multifacética requiere una vigilancia constante y la implementación de medidas preventivas efectivas.
Etapas del fraude interno
El fraude puede manifestarse en diversas fases de la relación laboral:
Contratación: Tecnologías como los deepfakes permiten a individuos falsificar identidades y documentos, facilitando su ingreso a posiciones sensibles dentro de las empresas.
Acciones preventivas: Implementar una verificación avanzada de identidad que incluya tecnologías de reconocimiento facial y detección de deepfakes. Llevar a cabo investigaciones exhaustivas de antecedentes, incluyendo referencias laborales y bases de datos públicas.
Durante el empleo: Factores como presiones financieras, insatisfacción laboral o una cultura organizacional permisiva pueden inducir a empleados a cometer fraudes. Prácticas comunes incluyen el acceso no autorizado a información confidencial, manipulación de transacciones y aceptación de sobornos.
Acciones preventivas: Establecer controles internos sólidos, como la segregación de funciones y la supervisión activa de transacciones sensibles. Implementar programas de monitoreo continuo que detecten comportamientos anómalos o fuera de las políticas corporativas. Promover una cultura ética mediante capacitaciones regulares y canales confidenciales para la denuncia de irregularidades.
Post-empleo: Los riesgos persisten si, tras la desvinculación, no se gestionan adecuadamente las credenciales y accesos de los exempleados. Este descuido puede permitir accesos no autorizados a datos sensibles, exponiendo a las organizaciones a amenazas continuas.
Acciones preventivas: Desactivar inmediatamente los accesos y credenciales de los exempleados al momento de su salida. Auditar regularmente las cuentas activas en los sistemas corporativos para garantizar que no existan accesos no autorizados. Establecer políticas claras sobre la devolución de dispositivos corporativos y la protección de la información confidencial.
La integración de estas estrategias, junto con la promoción de una cultura organizacional basada en la ética y la transparencia, es fundamental para reducir significativamente la incidencia del fraude de empleados.
Encontrará el artículo o documento completo en el siguiente enlace :
Andrew Sever. "Employee Fraud: An Evolving Threat You Can’t Ignore." Forbes, 2 de diciembre de 2024.
Forbes es una revista estadounidense de negocios y economía, reconocida por sus artículos sobre finanzas, industria, inversión y marketing.
