HBR: Cómo abordar la ética empresarial ante el colapso del consenso global

Ainhoa,

Este artículo de Harvard Business Review (HBR) explora cómo las empresas multinacionales navegan un entorno ético cada vez más fragmentado. Mientras la Unión Europea refuerza normativas sobre corrupción y diversidad, Estados Unidos da señales opuestas, debilitando programas y controles. Esta ruptura del consenso ético global deja a los líderes ante decisiones complejas, donde mantener la integridad puede entrar en tensión con las presiones del mercado. Ignorar estos dilemas puede tener consecuencias devastadoras, costando miles de millones en sanciones y dañando la confianza pública. Los autores proponen tres estrategias concretas para generar "fricción saludable" en las organizaciones, favoreciendo el debate ético continuo y fortaleciendo la toma de decisiones en tiempos inciertos.

Poner a prueba los valores organizacionales

Las declaraciones de valores muchas veces se limitan a la intranet, sin impacto real en las decisiones. Para convertirlos en herramientas vivas, los líderes deben propiciar conversaciones difíciles con sus equipos, mediante foros abiertos, encuestas y análisis regionales. Las preguntas deben abordar si los valores orientan decisiones sin necesidad de normas externas, si se malinterpretan según el contexto cultural, o si generan incentivos contrarios a la ética.

Aceptar la fricción como motor de debate

En un ambiente volátil, la falta de fricción puede indicar que las opiniones disidentes se ignoran. Sin embargo, gestionado proactivamente, el desacuerdo puede generar diálogo y trabajo en equipo. Para lograr esta fricción saludable, se pueden seguir estas tres vías:

Despersonalizar las diferencias: Los líderes deben comunicar que los desacuerdos son oportunidades constructivas para resolver problemas, no conflictos personales.

Forjar alianzas con quienes piensan distinto: Invitar a discusiones y foros a aquellos con creencias u objetivos diferentes, construyendo relaciones sólidas de manera continua, no solo en momentos de crisis.

Mantener un diálogo constante: La ética no es una iniciativa puntual; requiere una comunicación consistente y un seguimiento continuo para que las discusiones transparentes y la fricción sean una parte normalizada de la cultura empresarial.

Cuando las discusiones se vuelven demasiado fáciles, es una señal de complacencia ética y de que es momento de buscar perspectivas diferentes.

Ajustar las expectativas a la realidad del entorno

Cuando las metas quedan desfasadas respecto al mercado, los empleados pueden optar por atajos. Es crucial escuchar al equipo, recalibrar objetivos y crear entornos de seguridad psicológica donde sea posible hablar sin temor. Modelar comportamientos éticos desde la alta dirección es clave para evitar riesgos y preservar la integridad organizacional.

 

En un mundo marcado por la volatilidad y la presión comercial, fomentar entornos éticos sostenibles no es solo una necesidad moral, sino una estrategia para proteger a las personas, fortalecer la cultura corporativa y asegurar el éxito a largo plazo.

 

Encontrará el artículo o documento completo en el siguiente enlace (podría ser necesaria una suscripción):

Estás a un solo paso de poder formar parte de ICPF

Completa el proceso de afiliación a ICPF para poder disfrutar de todas las ventajas de pertenecer al grupo de asociados

Modificar cookies