En Suecia, la adopción de un sistema sin dinero en efectivo ha llevado a un aumento significativo en los delitos financieros, transformando al país de uno de los más seguros en una nación con alta criminalidad. El uso extendido de BankID, una plataforma de autorización digital, ha facilitado a los delincuentes el acceso a cuentas bancarias y la realización de fraudes. Este sistema, inicialmente diseñado para simplificar transacciones y reducir el uso de dinero en efectivo, se ha convertido en una herramienta para el crimen organizado, permitiendo estafas que resultan en pérdidas económicas significativas para los ciudadanos y el sistema financiero sueco.
El artículo detalla varios tipos de crímenes que han proliferado, incluyendo fraudes en línea donde los criminales se hacen pasar por entidades legítimas para obtener información personal y acceder a fondos. También se ha visto un aumento en el uso de empresas y documentos falsos para infiltrarse en el sistema de bienestar social sueco, permitiendo a los delincuentes acceder a beneficios sociales y préstamos bancarios fraudulentos.
A pesar de los esfuerzos del gobierno y los bancos para reforzar la seguridad y contrarrestar estos delitos, encontrar un equilibrio entre la accesibilidad y la protección contra fraudes sigue siendo un desafío constante. El aumento de la criminalidad digital está afectando tanto la confianza pública como la estabilidad económica del país.
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