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Perspectivas de Gestión del Fraude para América Latina- Informe de Mckinsey & Company

Se ha publicado el nuevo informe de Mckinsey & Company sobre la gestión del fraude en Hispanoamérica. El informe destaca que si bien el fraude es un problema urgente para las empresas a nivel global, América Latina enfrenta desafíos únicos en este ámbito.
El estudio de McKinsey proporciona una visión del estado actual de la gestión del fraude en la región, destacando la magnitud de las pérdidas, los tipos de fraude y la efectividad de las estrategias de prevención. Las principales ideas se resumen a continuación.
En cuanto a la magnitud  revela que las pérdidas anuales por fraude en América Latina varían entre $100 mil millones y $130 mil millones. El 57% de las empresas latinoamericanas reportan pérdidas por fraude que superan el 5% de su EBITDA. Estas cifras probablemente subestiman la verdadera escala del fraude pues un 15-35% de las pérdidas operativas podrían atribuirse a fraude no identificado. 
El phishing y el malware sobresalen como las preocupaciones predominantes. Habilitados por la rápida digitalización, estos tipos de fraude no solo llevan a la pérdida de datos sensibles de los clientes, sino que también representan riesgos reputacionales significativos. Por ejemplo, los ataques de phishing, a menudo facilitados por ingeniería social, y el malware, incluido el ransomware, se han vuelto cada vez más prevalentes. Una tercera área de preocupación es el fraude en logística y cana de suministros.
A pesar de que el 40% de las empresas cree que sus esfuerzos de gestión del fraude son efectivos, la encuesta de McKinsey indica un marcado contraste con el aumento de las pérdidas informadas por alrededor del 50% de estas empresas. Esta discrepancia sugiere una brecha entre la autoevaluación y la realidad, enfatizando la necesidad de estrategias de prevención de fraude mejoradas.
En respuesta a la creciente amenaza del fraude, las regulaciones en América Latina han evolucionado, siendo Brasil un ejemplo. La introducción de la Política Nacional de Ciberseguridad y la Ley General de Protección de Datos han llevado a avances significativos, como el mandato del Banco Central de Brasil para que las instituciones financieras compartan evidencias de fraude. Sin embargo, persisten desafíos como la ausencia de métricas estandarizadas para compartir información dentro de las industrias.
Para combatir eficazmente el fraude, las empresas en América Latina deben adoptar diversas soluciones estratégicas:
  • Priorización de la Gestión del Fraude: Es crucial elevar la prevención del fraude como una prioridad clave del CEO.
  • Estrategias de Fraude Centradas en el Cliente: Incorporar la experiencia del cliente en las estrategias de prevención del fraude puede mejorar la confianza y reducir riesgos reputacionales.
  • Modelo de Hub y Radio: Este modelo, junto con indicadores de rendimiento del fraude, puede optimizar la gestión del fraude.
  • Tecnologías Avanzadas: Utilizar IA, biometría de comportamiento, análisis de redes y autenticación adaptativa para mejorar la detección de fraude.
  • Redes de Colaboración: Compartir datos de fraude entre industrias puede proporcionar soluciones innovadoras e información sobre amenazas.
  • Centros de Fusión: Integrar analistas de fraude y ciberseguridad en un centro de fusión puede mejorar la respuesta a amenazas, especialmente en bancos multinacionales gran

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