Compartir en redes

Fraude Ocupacional 2024: Un Informe para las Naciones

Se ha publicado por ACFE el nuevo Informe para las Naciones 2024 que ofrece un examen exhaustivo del fraude ocupacional, sus amplios impactos y las variadas metodologías empleadas por los perpetradores.  En la introducción enfatiza la magnitud del fraude ocupacional, destacando su potencial para afectar a todas las organizaciones a nivel mundial. Las pérdidas anuales estimadas en billones subrayan la importancia de comprender y abordar este problema omnipresente.
Las repercusiones económicas del fraude ocupacional son profundas y de amplio alcance. La sección sobre el costo global del fraude profundiza en las complejidades de cuantificar estos impactos, reconociendo los desafíos inherentes para medir la extensión del fraude debido a su naturaleza oculta. Este segmento subraya que, a pesar de la dificultad en la cuantificación exacta, la carga financiera del fraude en la economía global es significativa y exige una atención concertada.
En el  informe se categoriza el fraude ocupacional en tres tipos principales: malversación de activos, corrupción y fraude en informes financieros. La malversación de activos, siendo la más común, tiende a resultar en pérdidas medianas más bajas en comparación con los otros tipos. El informe también analiza las metodologías del fraude, incluida la tendencia emergente del fraude relacionado con criptomonedas. Estos conocimientos sobre cómo se comete el fraude son cruciales para desarrollar estrategias de prevención y detección específicas.
Las metodologías de detección forman un componente crítico en la lucha contra el fraude ocupacional. El informe descubre que la denuncia, particularmente por parte de los empleados, sigue siendo el medio más efectivo para detectar fraudes. El cambio hacia plataformas electrónicas y en línea para reportar indica un panorama cambiante en los mecanismos de denuncia. Estos hallazgos resaltan la necesidad de que las organizaciones desarrollen canales robustos y accesibles para reportar fraudes.
Las organizaciones víctimas varían ampliamente, abarcando diferentes tipos, tamaños e industrias. El informe señala que las pequeñas empresas y las organizaciones más grandes experimentan pérdidas medianas más altas. Esta variación subraya la necesidad de estrategias de prevención de fraudes adaptadas a diferentes contextos organizativos. El análisis específico de la industria revela que ciertas industrias son más susceptibles a tipos específicos de fraude, lo que requiere enfoques adaptados a la industria para la evaluación y gestión del riesgo de fraude.
El perfil de los perpetradores de fraudes es diverso, abarcando diferentes posiciones, antigüedades y departamentos dentro de una organización. El informe enfatiza que la colusión entre los perpetradores a menudo conduce a pérdidas significativamente mayores. Las señales de alerta conductuales se identifican como indicadores clave para la detección temprana del fraude, lo que sugiere que las organizaciones deben enfocarse en el análisis conductual y la vigilancia de los empleados como parte de su conjunto de herramientas de prevención de fraudes.
Las acciones posteriores a la detección y el manejo de los casos de fraude son cruciales para mitigar el impacto del fraude en las organizaciones. El informe aborda las diversas acciones internas tomadas contra los perpetradores, las consecuencias legales y los procesos de recuperación financiera. Las razones para no remitir casos a la justicia revelan una interacción compleja de consideraciones organizativas, incluido el temor a la mala publicidad. El énfasis en la recuperación de las pérdidas por fraude destaca la importancia de tener mecanismos para recuperar daños financieros después de la detección del fraude.

Multisectorial