Esta guía es un producto del Chartered Institute of Management Accountants (CIMA). Fue publicada en 2008. La guía comienza definiendo el fraude y dando una visión general del alcance del fraude, sus causas y sus efectos. Los capítulos iniciales establecen el entorno jurídico con respecto al fraude, los requisitos de gobierno corporativo y los principios generales de gestión de riesgos. Luego, desarrolla los componentes clave de una estrategia antifraude y describe métodos para prevenir, detectar y responder al fraude.
Algunos aspectos clave de la «Guía de buenas prácticas para la gestión del riesgo de fraude» de CIMA incluyen:
Evaluación y comprensión del riesgo de fraude: La guía destaca la importancia de una evaluación adecuada y continua del riesgo de fraude en una organización. Esto implica comprender los factores que pueden contribuir al fraude, identificar las áreas de mayor riesgo y establecer medidas para mitigar esos riesgos.
Cultura y ética organizacional: La guía enfatiza la importancia de establecer una cultura organizacional de integridad y ética. Se recomienda que las organizaciones promuevan una cultura en la que el fraude no sea tolerado y se fomente la denuncia de irregularidades.
Controles internos y prevención del fraude: La guía proporciona orientación sobre el diseño y la implementación de controles internos eficaces para prevenir y detectar el fraude. Esto incluye la segregación de funciones, la supervisión adecuada, la implementación de políticas y procedimientos claros, y la concienciación del personal sobre los riesgos de fraude.
Detección y respuesta al fraude: La guía ofrece pautas sobre cómo detectar y responder al fraude cuando se produce. Esto incluye establecer canales de denuncia interna, llevar a cabo investigaciones adecuadas, colaborar con expertos en fraude y tomar medidas correctivas para evitar recurrencias.
Monitoreo y mejora continua: La guía enfatiza la importancia de un monitoreo continuo de los controles y el desempeño de la gestión del riesgo de fraude. También se destaca la necesidad de revisar y mejorar regularmente los procesos y las medidas de prevención y detección del fraude